Mi madre siempre comenta -entusiasmada, además- cómo bailaba encima de los discos de The Beatles cuando apenas sabía decir “Hello, Goodbye” en español (y del LP de Guaco, pero ese es otro cuento).
Quizá la anécdota tenga mucho que ver con mi predilección musical, que lejos de ser intensa y etiquetada, se basa en el estado de ánimo de turno.
Sin embargo, cuando el rock no se deja vencer por los picos emocionales, suelo terminar desafinando, de forma contundente:
“Don’t pass me by don’t make me cry don’t make me blue‘Cause you know darling I love only youYou’ll never know it hurt me soHow I hate to see you goDon’t pass me by don’t make me cry.”
Así, como Ringo Starr. Right now.